En la recta final de curso y recordando viejos tiempos. ¿Quién no ha tenido que hacer a su paso por el colegio el típico circuito eléctrico básico con su pila de petaca, cables, interruptor y bombilla? (por cierto, ya venden kits escolares con el material completo para no tener que andar comprando piezas por separado). Pues este curso también le tocó a mi hijo Bruno.
Pero como además de hacerlo funcionar quería ponerle un acabado creativo (y darle un toque de realismo a la vez), me pidió que le ayudase a diseñar un salón.
Y así fue, manos a la obra, sobre una caja de zapatos. La primera parte (montaje circuito) con ayuda de papá, y la segunda parte con la de las mil ideas.
Es algo muy sencillo pero que os puede ayudar si os veis en semejante faena.
El circuito nutre una lámpara principal de techo y dos accesorias de pared. Las tulipas están hechas con cucharitas de plástico, recortando el mango y terminando de dar forma redondeada al plástico con el calor de una vela. Esta parte la hace mamá porque requiere sumo cuidado ya que si acercamos demasiado el plástico a la llama rápidamente empieza a arder y es un peligro.
Después las vamos pegando una sobre otra por un borde, sólo en el centro, haciendo como una flor para la lámpara de techo y colocando una visera en las de pared.
Para tapar los bordes de cartón de los laterales y formar como un zócalo, empleamos washi tape de rayas de colores por toda la pared.
Los sofás están hechos de goma eva y el marco del cuadro que adorna la pared (con un recorte de flores de fondo), también.
El personaje que habita el salón es muy simple, está hecho con un alambre limpiapipas doblado. Pegando después un pompón para la cabeza con unos ojillos y boca.
Aunque se puede deducir a simple vista, reproduzco los pliegues para hacer el muñeco (el paso 5 se puede obviar, dependiendo de la longitud deseada):
¡PRUEBA SUPERADA!
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