Seguimos reciclando y fabricando objetos llamativos para el verano. La idea de hoy es un colgante étnico pintado en forma de mandala.
Como soporte he utilizado la base de una lata de refresco. Si os fijáis todas tienen una forma hundida en el exterior; sólo tenemos que recortarla por el borde con unas buenas tijeras de bricolaje (repasamos varias veces las imperfecciones hasta conseguir la pieza redondeada) y aprovechar la cara interna que tiene la forma abombada.
Sobre este lienzo ya podemos dejar volar nuestra imaginación.
Para pintar sobre la lata empleé en esta ocasión unas pinturas en relieve, también sirven esmaltes y rotuladores permanentes para remarcar algunos contornos.
Para decorarlo podéis seguir algún patrón marcando los contornos. Yo hice un dibujo libre para probar, añadiendo círculo sobre círculo, dejando secar entre colores (lo que la paciencia me permitía) y rellenando espacios sobre la marcha. Una vez finalizado y seco, barniz protector en spray.
Por detrás recorté y pegué un círculo de fieltro del mismo tamaño, fijando en su interior el colgador.
Para decorar el borde combiné dos arcos de abalorios (de colores que combinan con los empleados en el dibujo) enhebrados en círculos ajustados a la medida y fijados con pegamento. El primero justo alrededor del colgante y el segundo un poco por debajo y más saliente, tapando el borde para que no se vea por donde van pegados la lata y el fieltro.
El cordón es un simple trozo de cola de ratón en tonos matizados, cerrado con un nudo corredizo auxiliar que podéis repasar AQUÍ
¿Qué os ha parecido?
Me encanta
ResponderEliminarOriginal y creativo
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