En estos días de frío se añoran los paseos por la playa. Buen momento para rebuscar entre mis piedras y divertirme un rato pintando miniaturas. 
Cada año recojo algunas que me llaman la atención. Tenía unas cuantas blancas seleccionadas por ser chiquitas, ovaladas y planas; ideales para pintar sobre ellas y hacer bisutería. 
Elegí un par y comencé unos bocetos sencillos, un rostro y un mandala. 
Y adelante con la pintura acrílica, pinceles muy finos y palillos para el punteado.
No hace falta ser un maestro de la pintura. 
Un dibujo extravagante o unos toques de color, llamarán la atención.
Una vez seco, barnizamos con acrílico o con látex diluido.
Los soportes metálicos de los anillos se venden en tiendas de productos para bisutería y en bazares. Vienen abiertos por detrás, de tamaño ajustable. 
Para pegar la piedra sobre ellos, lo mejor es la silicona caliente que en un buen adhesivo y rellena los espacios. La podemos pegar directamente o sobre un fondo de otro material o rodeada de un marco. 
Bajo la piedra con el rostro pintado, pegué una pieza de fieltro marrón con bordes irregulares, como un sol trasnochado.
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Os espero!!



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